Cada vez más las empresas valoran otros atributos distintos a la capacidad técnica. Ser buena persona, tener inteligencia emocional y poder resolver problemas son más importantes de lo que parece.

Terminar una carrera profesional, especializarse, y por qué no realizar una maestría es la recta maratónica que todo profesional del siglo XXI se fija en su vida como requisito para acceder al trabajo deseado. Sin embargo, existen algunas capacidades poco desconocidas y que el sector productivo apetece, incluso a veces más que el título profesional, al momento de enganchar a un trabajador al mundo laboral.

Sonia González de Espitia, socia de una firma que trabaja con talento humano, está convencida de que la inteligencia emocional, la facilidad de expresión, la ayuda mutua y el trabajo en equipo son habilidades esenciales en un trabajador. “Estas capacidades permiten afrontar retos y desafíos no solo personales, sino profesionales. Con personas integrales se saca adelante cualquier empresa”, asegura.

González se refiere a lo que la Organización Internacional del Trabajo denomina como competencias blandas que en términos sencillos se podrían describir como claves a la hora de buscar empleo. De acuerdo a la OIT, las personas tienen más chance de conseguir un puesto cuando aparte de haber adquirido una educación, cuentan con habilidades como: trabajo en equipo, capacidad para resolver problemas, adaptabilidad a las nuevas tecnologías, comunicación y resolución de problemas.

“Las empresas en Colombia pierden mucho dinero y tiempo  para conseguir a un trabajador que no solo reúna las condiciones intelectuales sino emocionales que le garanticen sinergia en el equipo de trabajo y que aporten crecimiento y productividad”, relata el gerente de una empresa en Bogotá.

La búsqueda de la que habla el ejecutivo es una de las principales necesidades que tienen hoy las grandes compañías. De hecho, la Encuesta de Demanda Laboral, realizada por la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico de Bogotá hace un par de años, indagó sobre qué tan importantes son las habilidades blandas o soft skills, las cuales agrupan todas aquellas relacionadas con la conducta, la personalidad y la cultura, que facilitan a las personas desarrollar sus actividades laborales de forma coordinada y eficiente.

La Encuesta de Demanda Laboral solicitó a los establecimientos encuestados calificar entre 1 y 5 la importancia de las habilidades laborales, siendo 1 ‘poco importante’ y 5 ‘muy importante’. Como resultado se encontró que las habilidades más relevantes fueron la ética laboral (4,6), el trabajo en equipo (4,1), la experiencia específica (3,9), la expresión oral y escrita (3,8) y la planificación (3,8) (ver cuadro 13). Por el contrario, la educación específica (3,6), el manejo de software ofimático (2,4) y un segundo idioma (1,8) presentaron las menores calificaciones. Así la ética laboral, la capacidad para laborar en equipo y la expresión oral y escrita resultaron determinantes. Según la encuesta, la presentación personal fue uno de los elementos más importantes señalado por los establecimientos dentro del proceso de selección. Estas suelen ser habilidades que no se aprenden en los textos ni en las clases, pero la tarea de los profesionales de adquirirlos en su vida es un reto tan importante como la de saber hacer bien el oficio para el cual lo están contratando. 


Tomado de: semana.com